EL PERRO ADOPTADO. UNA NUEVA MODA



La proliferación de diferentes razas siempre ha seguido un patrón de modas temporales. Por ejemplo, si en una película aparece una raza determinada, como sucedió con los dálmatas, es posible que en los siguientes años aumente exponencialmente el número de estos dentro de la sociedad. Desde hace un tiempo, el gran peso que tienen en la sociedad las redes sociales han hecho que aumente el número de adopciones debido al potencial de estos canales. Adoptar un perro, sobre todo si no es cachorro, es una decisión valiente y que debe ser sopesada más de lo que alguna gente hace, ya que ese perro tiene un historial, basado en las experiencias pasadas, siendo en algunos casos muy desagradables para el perro.

Si estás pensando en adoptar un perro o lo acabas de hacer debes de hacerte varias preguntas. ¿Qué espero conseguir de ese perro?¿En cuánto tiempo quiere conseguir ese objetivo? La primera pregunta suele ser sencilla de responder porque la mayoría de las personas buscan un compañero, un fiel amigo. La segunda es más difícil de responder. Si en esta parte tienes una respuesta que se aleje de “el tiempo que sea necesario” puede ser que la situación se aboque a un fracaso estrepitoso. ¿Por qué una sentencia tan firme?

Cuando un perro adoptado llega a una casa, lo que menos debemos buscar es que ese perro, desde el primer instante, nos muestre amor incondicional y que se sepa todas las normas de convivencia que van a regir su vida. Lo que más va a preocupar a ese perro es sobrevivir, estará en continua alerta por si aparece una amenaza y eso se puede reflejar en diferentes comportamientos: gruñir a personas, falta de hábitos higiénicos, conductas destructivas, indefensión aprendida, ansiedad por separación… o quizás no sea el caso. Cada perro es un sujeto único y su carácter se basa en una parte genética y otra parte, con mayor peso, emocional basada en las experiencias vividas y por mucho que insistan los adoptantes, no se le puede explicar con palabras que está ahí para un futuro mejor. La mejor herramienta para que una adopción llegue a convertirse en un éxito es una que cumpla tres premisas básicas: paciencia, empatía y respeto. A partir de ahí es de sentido común dejar tranquilo al perro las primeras semanas, dejarle ser un perro, darle el espacio que necesite y olvidarnos de situaciones que hemos presenciado en algunos diagnósticos como que sepa de manera inmediata a caminar sin tirar de la correa, a que no coja cosas del suelo, a que sepa sentarse, a que no gruña a pesar de que el lenguaje de la persona es agresivo hacia el propio perro…. Hay un tanto por ciento muy elevado de nuestras intervenciones que son en este tipo de casos, intervenciones en las que enseñamos a las personas como demostrar a un perro que ellos ni ese entorno es una amenaza y poder solucionar experiencias vividas con anterioridad a su familia como el propio abandono.

Lo más injusto para un perro adoptado es no ser comprendido y, como consecuencia, ser devuelto al lugar del que salió. Este hecho es una nueva demostración de la crueldad del ser humano, de la falta de empatía y de la ausencia del sentido de responsabilidad de su adoptante. No vamos a analizar quién es el responsable de esta situación, si los adoptantes o entidad protectora que gestiona la adopción, pero sobre lo que no cabe ninguna duda es de que el perro es el que sufrirá las consecuencias.

Nos vemos en el siguiente artículo. 


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"



UN DÍA DE TERROR



Se acerca el final del mes de octubre y con ello, llegamos a una fiesta que en la última década ha ido adquiriendo importancia, Halloween. Esta fiesta, como todos sabéis, se celebra disfrazándose la gente de manera aterradora, convirtiéndose las calles en un lugar de peregrinación de personajes inusuales y, a veces, rocambolescos.

Algunos aprovechan para disfrazar también a sus perros, con la idea de pasar un rato gracioso. Pero ¿qué hay de los perros? ¿Piensan esas personas si el perro pasa un mal rato o se siente incómodo al ser disfrazado o si lo está pasando realmente bien? Sabemos que para los perros el collar, el arnés y la correa no son sistemas naturales que lleva un proceso de habituación, un proceso en el que se acostumbra de manera progresiva a su uso y, de repente, alguien le coloca un montón de tela, con formas diversas sin previa preparación. ¿Parece exagerado? Solo se debe reflexionar como se comporta un perro cuando le colocan un collar isabelino por una causa médica y comprenderá a lo que nos referimos.

Por otro lado, tenemos las calles llenas de gente disfrazada que para los ojos de un perro puede ser complejo de asimilar ya que puede ver  formas y objetos diversos que no suelen ser frecuentes de ver. Los perros son animales, como otros, que todo aquello que se sale de lo normal, es decir, aquello que ven todos los días, son posibles amenazas y en consecuencia se activan los sistemas de supervivencia. Por lo tanto, este día resulta muy difícil de llevar para perros con bajos niveles de autoseguridad o perros con otros problemas de comportamiento.

Si se quiere disfrazar a un perro o salir con él por las calles llenas de gente disfrazada se debería poder responder sí a las siguientes preguntas:
  • ¿Disfrazar a tu perro no causa ninguna respuesta ansiogénica?
  • ¿Eres capaz de detectar si tu perro comienza a sentirse nervioso con un disfraz?
  • ¿Sabes detectar en un paseo si a tu perro le supera el entorno por el que paseas?
  • ¿Sabes cómo reducir las posibles consecuencias de una situación ansiogénica?
Si en alguna de ellas la respuesta no es afirmativa, el consejo es deja a tu perro en casa, no lo disfraces por tu mera diversión y cuando llegue su hora de salir de paseo, busca un horario tranquilo o un lugar apartado de esa fiesta. No es una cuestión de amargar la fiesta a nadie, todo el mundo tiene derecho a divertirse y disfrutar pero… los perros también tienen derecho a vivir tranquilos, sin que exista la más mínima justificación de hacerles pasar un mal rato porque sea un sólo día. 


Nos vemos en el siguiente artículo.


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

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LOCOMOTORAS URBANAS




Era una tarde de verano y nosotros estábamos en clase con un perro que, siendo adulto, había estado poco o nada en la ciudad, por lo que estábamos trabajando la habituación a estímulos. De repente oímos llegar un tren hacia nosotros: 


¡Chsss! ¡No! Chsss ¡Quieto! !Chsss! ¡Ven aquí! ¡Chsss! Tranquilos, no hace nada….



Giramos ante el anuncio de la llegada del tren de vapor, por si debíamos apartarnos para evitar el atropello inminente, y vemos un pastor alemán joven seguido muy de cerca por una persona joven.

Lo primero y más sorprende es que su perro iba suelto por medio de la ciudad pero él no dejaba de machacarle el oído para que siguiera su paso. ¿ No sería más sencillo llevarle atado, ya que así, además de cumplir lo que establece la ley, tu perro dejaría de tener el chistido continuo y percutor al lado de su oreja? (El oído de un perro es más sensible que el nuestro)

Lo segundo, y más típico en este tipo de combinaciones, es que el pobre perro llevaba un collar de pinchos al cuello. ¿Por qué lleva un collar de castigo si tu perro, según tus palabras, no presente ningún tipo de problema? (A veces la razón es que deje de tirar de la correa, otras…). En la corta mente de estos sujetos está la idea de someter a un perro al yugo de un verdadero líder de manada.

Si nos olvidamos de lo que dice la locomotora humana y observamos al perro, vemos que la calle le supera, pero no por lo estímulos sino por la tortura del collar unida a la tortura de estar todo el paseo con un tío que no deja de corregirlo, añadiendo presión y coacción al propio paseo.

Al final dejamos que los perros se saluden, para que nuestros alumnos aprendan como manejar estas situaciones y el pastor alemán acaba gruñendo, a causa de todo este machaque, al perro con el que estábamos dando la sesión. Resultado: el pastor alemán recibe un fuerte tirón de collar hasta alzar su tren delantero para que lo último que recuerde es que el otro perro, en concreto, es dolor y el próximo día que lo vuelva a ver, sea lo primero que recuerde.

Quizás llegue un día que este perro viva en un país que la legislación prohiba este tipo de collares. Quizás llegue un día que este perro viva en un país que obligue a las personas a aprender lo que es un perro, Quizás…

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Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

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ADIESTRE A SU PERRO MIENTRAS DUERME



¿Se imagina un método en el que su perro sea adiestrado mientras este duerme?¿O que los problemas que tenga se solucionen del mismo modo? Imagínese, en el primer volumen su  cachorro aprenderá dónde debe realizar su hábitos, a no morder los objetos de la familia, a venir a la llamada, a no tirar de la correa… En el segundo volumen, el perro aprenderá a sentarse, tumbarse, permanecer quieto… En el tercero, sabrá cerrar la puerta, mostrarse políticamente correcto con las visitas, a leer los pensamientos de su guía para anticiparse y mostrarse como ese perro que sale en la tele…. Sin esfuerzos, sin implicación, sin necesidad de entender ni porqué ni para qué.

Esto puede sonar ridículo pero en demasiadas ocasiones nos encontramos ante métodos o anuncios de supuestos profesionales que hablan de soluciones tan “milagrosas” como estas descritas. Seguro que en alguna ocasión ha oído de personas que se llevan al perro a ese entorno mágico con poderes curativos y se lo devuelven en unas semanas con todo solucionado. O qué me dicen de esas personas que en solo una sesión borran de un plumazo meses o años de problemas.

Ojalá fuese tan sencillo ayudar a los perros y a las personas con las que viven pero no se tratan de robots o de máquinas que se formatean o se les instala una expansión y a disfrutar de las nuevas capacidades. Esto no quiere decir que para enseñar a un perro o para solucionar los problemas que existan, se deba de pasar largas horas de dedicación a un perro. La realidad es que el éxito de una intervención tiene unos pilares básicos:

  • Aprovechamiento del tiempo dedicado al perro.
  • Comprensión de cuál es el origen del problema.
  • Implicación y compromiso por parte de las personas con las que convive.
  • Aprendizaje por parte del binomio (perro-guía) de los procesos cognitivos.

Por lo tanto, si se quiere llegar a un éxito real en una intervención, sea un cachorro, un programa de educación, un adiestramiento o una modificación de conducta, se debe aprender tanto como va a aprender el propio perro y de ese modo, consolidar a lo largo del tiempo ese aprendizaje.

Nos vemos en el siguiente artículo. 


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

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UN PERRO NO SE APARCA



Un perro no es un humano, eso está claro. Pero un perro tampoco es un coche que aparquemos cuando queremos ir a comprar, a tomar un café.... Existen numerosos peligros de atar un perro en la calle mientras la persona hace sus tareas. Puedes seleccionar, entre los diferentes peligros, la opción que más te convence:

  • Puede ser robado para peleas (sparring), cría o simplemente por placer.
  • Puede tener miedo a ser abandonado (perros procedentes de protectora).
  • Puede sufrir un episodio de ansiedad (perros con ansiedad por separación).
  • Puede morder a un niño o persona por miedo.
  • Puede morder a otro perro que solo quiera ir a saludarle
  • Puede ser mordido por otro perro.
  • Puede ser atropellado por un vehículo.
  • Puede ser objetivo de un gamberro aburrido.
  • Puede ser liberado por alguien y que se escape.
  • Puede sufrir un golpe de calor (esta foto se ha tomado a las 12:00 de la mañana en pleno mes de julio).


Realmente te compensa dejarlo ahí? No depende de razas, ni de tamaños. Luego habrá personas que se quejen de que su perro no acude a ellos cuando lo sueltan, pero... no deja  dicha persona tirado al perro cuando le place?

LA RESPONSABILIDAD ES DE LAS PERSONAS, NO DE LOS PERROS.

Nos vemos en el siguiente artículo. 


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

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EL ADIESTRADOR PROFESIONAL



Cuando una persona que convive con un perro necesita la ayuda o servicios de un profesional encuentre cientos de anuncios del mismo tipo: “Adiestrador profesional…” Independientemente de la metodología empleada, existe un mal común en este sector profesional, como en otros muchos, el intrusismo y la picaresca. Un adiestrador no se convierte en profesional por un título ni por cien títulos, ni por un curso que se denomine “curso de adiestrador profesional”, independientemente de las horas lectivas.

Una de las recomendaciones que se explica a un cliente es pedir datos sobre la formación de dicha persona pero se debe de considerar que no hay una formación regulada a nivel nacional como sucede con otras profesiones como mecánicos, electricistas, administrativos, A.T.V. (auxiliar técnico veterinario)…, lo que se denomina formación profesional, y que puede llevar a que haya personas que hagan cursos de baja calidad pero con muchas horas lectivas o personas que viendo una temporada de algún programa televisivo, considere que ya saben de perros. ¿Acaso una persona que toca la guitarra es profesional por haber realizado un curso de 100 horas de guitarra? ¿Un ebanista es profesional porque haya visto un programa de televisión? ¿Un conductor es un profesional por tener un tipo de carnet específico o haber hecho un curso de transporte de mercancías peligrosas? La respuesta en todos los casos es NO.

Un adiestrador profesional es aquel que vive y cotiza por su actividad, es decir, un trabajador por cuenta propia que paga sus impuestos o que trabaja para una empresa legal, por cuenta ajena. De hecho, un profesional de cualquier sector no trabaja en más de un campo, no me imagino un mecánico o soldador, por ejemplo, que en sus ratos libres adiestra perros porque en su taller toda la vida ha tenido perros. 
Cuando un profesional acude a un distribuidor, es decir, una empresa dedicada a la venta de material al sector profesional, no se le pide a dicha persona los títulos que posee sino la documentación que demuestra que es un autónomo en situación regularizada.

En este punto, habrá gente que valore más ahorrarse el IVA  que acudir a un servicio profesional pero ¿cuáles son los peligros de contratar a una persona no profesional?

  • Puede que no cumpla las condiciones pactadas al inicio: duración, número de sesiones...
  • Una vez entregado el dinero acordado, puede ser que no se realicen más servicios.
  • Imposibilidad de reclamar una incidencia en organismos oficiales: OMIC, OCU...
  • Resultará muy complejo identificar al supuesto profesional: nombre completo, DNI...
  • Su compromiso y dedicación quedan en entredicho, ya que adiestrar es una actividad complementaria u ociosa que le aporta un sobresueldo extra pero de la que no vive.

Existen diversos “trucos” para detectar si una empresa o persona está dada de alta:

  • Contrato en la que figuran todos los datos del adiestrador y del cliente.
  • Tienen una página web donde figuran y quedan perfectamente identificados.
  • Emisión de facturas con los datos del profesional y del cliente.
  • Existen profesiones incompatibles, como por ejemplo, muchos tipos de funcionarios.
  • Horarios amplios y normales. Si ves un horario de 20:00 a 22:00 debes de sospechar.
  • La empresa no solo aparece en redes sociales o páginas de anuncios específicas, ya que es fácil de borrar los datos.
  • Los abonos no solo se pueden realizar en efectivo. En el caso de las transferencias bancarias, como hemos sabido de algunas “supuestas” empresas, no deben de figurar con el concepto de donativo o símil.

En ocasiones, no debemos solo fiarnos de los importes que cobra la persona por sus servicios sino de las garantías que ofrecen sus servicios porque puede suceder que para ahorrarse un poco de dinero, la decisión salga más cara de lo que se imaginaba el cliente.

Nos vemos en el siguiente artículo.

Jonathan Andrés Arredondo, 
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar”


EL LÍDER DE LA MANADA

¿Cuántas veces has leído u oído que un perro necesita un líder? Existen determinados sujetos que, a través de sus páginas de Facebook, de sus páginas web, en sus programas o en los jardines, dan consejos y pautas para convertirse en el auténtico líder de la manada como solución para resolver todos los problemas de comportamiento y de convivencia de los seres humanos con los perros.  No voy a criticar sus métodos en este post pero si voy a demostrar la falta de lógica y el nulo sentimiento de ridículo.

En primer lugar, veamos la definición que facilita la R.A.E. sobre el término manada:



Por lo tanto, en este punto, partimos de una premisa, si quieres ser el líder de una manada existen dos vías: hacer creer a tu perro que él es un ser humano (difícil considerando que este tipo de personas desconocen el lenguaje propio de un perro) o dejar tu condición de ser humano y convertirte en un auténtico perro.

Para convertirte en un perro, ¿qué es lo que deberías de hacer?:
  • Dejar tu firma, técnicas de marcaje, en determinados objetos y lugares.
  • Realizar todos tus hábitos higiénicos en la calle.
  • Aprender a pasear, correr y vivir como un cuadrúpedo.
  • Aprender a comunicarte como un perro más allá de los simples ladridos.
  • Reconocer todo tu entorno a través del olfato.
  • Decidir que tipo de raza quieres ser y especializarte en ello: pastoreo, caza, presa…



¿Por qué un perro no puede llegar a pensar que es un ser humano?
  • Etapa de impronta: convivir con perros le da la identidad de perro.
  • Un perro sabe diferenciar otras especies:  lobos, gatos, humanos, gallinas…
  • Un perro diferencia subespecies, como las propias de los perros.
  • Existe un aprendizaje genético sobre los humanos y sus comportamientos.
  • No existen conductas reproductivas de los perros hacia los humanos.

Se podrían enumerar muchas más pero existen suficientes para ver la falta de coherencia de la expresión. Si bien, esta gente se refiere a ser el líder de su manada como el conjunto de él y sus seguidores incondicionales, todos de la misma especie, sería válido. ¿Quieres seguir siendo el líder de la manada?

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Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León



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INHIBICIÓN DE COMUNICACIÓN: CORREAS Y COLLARES


La inhibición de la comunicación es la acción de modificar cualquier tipo de forma de comunicarse mediante castigos. Dentro de esta comunicación tenemos desde las más sutiles como girar la cabeza o tumbarse hasta las más claras como el gruñido o el ladrido.

El manejo de la correa es fundamental a la hora de permitir una comunicación fluida entre perros, como sucede cuando van sueltos pero resulta demasiado frecuente ver como una correa inadecuada o un collar inapropiado o las dos cosas simultáneamente ejercen demasiada influencia dentro de estos encuentros. Por ello, resulta muy importante no ejercer ningún tipo de interacción a la hora de que dos perros se encuentre.

El primer caso que nos encontramos es el de aquellas personas que su perro ha tenido problemas con otros perros o que simplemente estas personas tienen miedo de otros perros. Esto se transmite a través de la correa al tensarla y acortarla, lo que pone en alerta al perro y tras sucesivas repeticiones, queda fijado el comportamiento al estímulo, creando un anuncio de un conflicto próximo. Cuando una persona acorta la correa al perro, se obliga a que levante la cabeza y, en consecuencia, que el pecho se expanda o tense muscularmente, lo que conlleva que el perro a vistas del que se va a encontrar esté emitiendo una señal de alerta similar al erizarse o sacar los dientes. En consecuencia, el conflicto es altamente probable.

El segundo caso es el de aquellas personas que emplean un collar “educativo”, es decir, un collar del pinchos, de descargas, ahorques…. donde la sola acción de sentir ese estímulo sobre la piel, inhibe de un modo inmediato la posible comunicación haciéndola artificial e incluso inexistente. Cualquier tipo de aversivo continuo o recordatorio de algo que lo va a dar, esa sensación que se transmite con la punta de los pinchos, por ejemplo, puede llevar a hasta asociaciones más peligrosas del tipo ver perro = sentir dolor.

El tercer caso es el de aquellas personas que castigan mediante patadas, manotazos en diferentes partes del cuerpo, talonazos… , es decir, cualquier tipo de acción física que no sea afectiva, cualquier emisión de señal de alerta o ataque como ladrar, gruñir, sacar los dientes… No olvidemos que esto es comunicación, que es previo a una agresión y que es un modo, a pesar de lo que algunas personas se crean, de evitar una agresión inmediata. En este punto, además, no saben dichas personas si es o no justificado, ya que la gran mayoría desconoce el lenguaje canino, señales de calma o apaciguamiento.

En conclusión, cualquier persona que convive con un perro debe aprender comunicación canina, emplear un sistema adecuado de paseo como correa suficientemente larga, manejo de correa y retirar cualquier interacción humana al relacionarse dos perros. La gran mayoría de problemas entre perros están causados por los humanos. Si ya tienes el problema creado, acude a un profesional que te enseñe todo esto, sin emplear castigos, ni correcciones ni métodos de presión. Disfrutad del paseo, es uno de los mejores momentos que un perro y una persona pueden tener a lo largo de un día cotidiano.

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Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León



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INHIBICIÓN DE COMUNICACIÓN: CACHORROS




La etapa de cachorros es aquella en la que el perro descubre todo lo que le rodea, las normas de convivencia y un sinfín de estímulos. Esta etapa es la más importante para un perro y normalmente la realiza solo, sin la ayuda de otros miembros de su especie que puedan ayudarle a aprender todo aquello que va a formar parte de su rutina.

Por ello, desde que un cachorro entra en una casa muchas personas se empeñan en corregir y castigar cualquier hábito o conducta no deseada. A mayor número de correcciones y castigos aplicados en cachorros, mayor comunicación se inhibe porque el cachorro descubre que no sirve para nada comunicarse con las personas.

Aquellos perros que viven en un entorno libre de correcciones, de castigos y de métodos de presión son los que antes desarrollan todas las pautas comunicativas que les facilitan su integración con otros miembros de su especie y de otras, como el ser humano.

Si el ser humano es la especie más inteligente, no es tan difícil aprender sobre lenguaje canino, su aplicación e interpretación, porque un perro es un animal cooperativo que se comunica y, por lo tanto, este hecho pone en entredicho las ideas sobre la dominancia, ya que si fuese un animal dominante no necesitaría comunicarse, sino aplicar la fuerza bruta, como sucede con muchas personas que aplican la fuerza bruta en lugar de la inteligencia para “dominar” a otras especies en lugar de aprender a interaccionar con ellas, poniendo de manifiesto su frustración ante la incapacidad de hacerse entender más allá del lenguaje verbal.

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Jonathan Andrés Arredondo,
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CONFLICTOS ENTRE PERROS. El morbo de la dominancia

¿Qué sucede con las relaciones entre perros cuando hay conflictos entre ellos? ¿Existe un perro dominante y otro sumiso? En muchos de nuestros artículos hemos aclarado que el pilar básico del comportamiento de los perros en relación con otros miembros de su especie o de otras no se rige por esas ideas desfasadas y carentes de lógica que hablan del papel de un dominante y un sumiso. Está claro que la gente no tiene porque saber sobre perros aunque sería recomendado cuando llega el primer perro a su vida, asistir a algún curso en el que se enseñen cosas como la comunicación canina, la relación entre perros, etc. No obstante, partiendo de esta premisa, las personas tienen una cualidad que puede permitir entender mejor las cosas, la lógica, una herramienta fundamental para que la vida de los perros fuese más sencilla, en lugar de pensar que todo el día están buscando su puesto de jerarquía en la vida, una tarea que sería realmente agotadora.


Se debe comprender que la jerarquía es básica en cualquier grupo de una especie aunque esto no significa que para establecer una relación jerárquica se deba de emplear la violencia o la agresión, características que las personas creen erróneamente. Mantenerse en lo alto de una pirámide jerárquica, mediante la agresión a otros posibles pretendientes, puede resultar un gasto tan grande de energía que la supervivencia del propio sujeto estaría en peligro y, sin embargo, los perros demuestran día a día que son grandes economizadores de energía por lo que esta idea resulta absurda.
Veamos casos típicos en los que la gente habla de dominancia, en relación a los perros, sean machos o hembras, para explicar las causas de conflictos entre dos perros:
  • Perros del mismo género que conviven en una casa.
  • Perros que se pelean en un parque sin haber más perros.
  • Perros que se pelean por una simple pelota o un palo.
  • Perros que se pelean o gruñen por un simple premio.
  • Perros que cuando se encuentran de paseo, se gruñen o se pelean.


En todos estos casos, las respuestas más comunes que encontramos son: “es que ese perro es muy dominante”, “se están midiendo”, “están demostrándose quién manda”… Todas estas respuestas carecen de lógica total porque si respondemos a unas simples preguntas queda claro lo absurdo del conflicto si atendemos a esa supuesta dominancia. ¿Acaso es ese lugar un territorio de caza o de reproducción? ¿ Lo es, la casa o la calle, o lo es toda la ciudad? ¿Acaso quieren coger el poder de la casa para luego dominar a la persona con la que conviven y que les prepare la mejor comida, dormir en el mejor lugar de la casa y salir cuando ellos quieran? ¿Acaso no son alimentados diariamente para que un simple premio sea la fuente de un conflicto? ¿Es un palo o pelota un recurso de primera necesidad para un perro y del que depende su supervivencia? No, ¿verdad? Resulta absurdo pensar entonces en dominancia para dar explicación a los conflictos entre perros aunque al ser humano le resulta morboso pensar que los perros se rigen por reglas que generan violencia gratuita y sin ningún fin para ellos.
Se debe recordar que el comportamiento de un perro, si intentamos simplificarlo al máximo, es que tiende a realizar aquello que le aporta algo y a extinguir aquellos comportamientos que no le aportan nada. Para explicar cualquier conflicto entre perros se debe de estudiar los detonantes, los entornos de convivencia, la gestión por parte de la familia con la que conviven el perro o los perros. Resulta más lógico pensar, por ejemplo, que un conflicto puede ser debido a unos niveles bajos de autoseguridad, por dolor causado en alguna enfermedad que sufra el perro, a falta de socialización, a miedo, a la aplicación de correcciones  y de castigos en unas primeras experiencias o conflictos con perros…. Como existen muchos posibles orígenes, aunque ninguno que hable de dominancia y sumisión, se requiere la intervención de un profesional y si ese profesional, al que acude la persona, habla de dominancia y sumisión, se debe buscar un profesional con formación actual.
En conclusión, más lógica y menos leyes naturales que has oído en el parque, tu convivencia mejorará y la calidad de vida de tus perros también.


Nos vemos en el siguiente artículo.


Jonathan Andrés Arredondo,
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"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"