EH, TÚ!!!!!! .....


¿Cuántos de vosotros no habéis escuchado esta “coletilla" como inicio a un aleccionamiento de comportamiento cívico? Las personas que convivimos con perros tenemos menos derecho, para algunos ciudadanos, que el resto de personas que no tienen perro. Esto es frecuente en las ciudades cuando las personas que compartimos nuestra vida con un perro vamos paseando por un ambiente urbano. La excusa es sencilla, que nuestra perra realiza micciones en la acera, que un perro hace sus deposiciones y las recoges, a diferencia de algunas personas que aprovechan cualquier matorral para usarlo de baño público, cuando olfatean a alguien o, simplemente, cuando miran a una persona. Resulta que esa acera pública, que todos los contribuyentes pagamos por igual, aunque en este punto podríamos matizar que todo lo que está relacionado con un perro tributa a un 21% de IVA,  se convierte en un sólo segundo en un gueto privado, dónde ese aleccionador reclama su derecho de propiedad. Sin embargo, no hay legislación alguna que prohiba la realización de hábitos higiénicos en las aceras siempre que se recojan aquellos que correspondan, pero muchas personas ante esta provocación callamos como puro acto de inteligencia emocional.
Ahora bien, ¿os imagináis qué sucedería si actuásemos como esa persona que llama la atención y nos acercásemos a un conductor que se acaba de saltar un semáforo, que aparca en un sitio de minusválidos o en un vado que no es suyo que, básicamente, incumple una norma de tráfico? Seguramente que ni se nos pasaría por la cabeza hacerlo, porque sería muy probable que recibiésemos una respuesta contundente y en algunos casos hasta llevase a una respuesta violenta. ¿Y si llamásemos la atención a alguien que tira una basura al suelo? Parece ser que sólo molestan los perros o que somos ciudadanos de segunda para muchas personas. 


En la gran mayoría de casos, los perros están al día en vacunas, limpios, bien alimentados…no se puede considerar que sean un foco de infección. Además el mundo de los perros aporta a la sociedad un bien indiscutible cuando hablamos de perros guías, de perros de terapia, de perros detectores, de perros de rescate…los perros colaboran con el hombre para salvar vidas, para ayudarlos cuando la sociedad parece que les da de lado.
Estas personas personas que se encaran con los que compartimos la vida con los perros, ¿serían tan consecuentes que renunciarán a una ayuda cánida si en un momento de su vida es necesario? El reflejo de una sociedad avanzada es aquella en la que se respetan todas las formas de vida, no solo las humanas, dejando que coexistan con ellos sin interferir en su desarrollo y parece ser que, en España, para algunas personas, vivimos en la prehistoria dónde el hombre ha de reclamar su espacio frente a otras especies.
Con este artículo no pretendemos dar un alegato a la rebelión. Queremos plasmar la incongruencia cívica de personas que pretenden ser ejemplo de algo que queda muy alejado de su forma de vivir y expresarse y qué aquellos que lo sufren, que lo sufrimos, vean que no sólo les pasa a ellos. Quizás la siguiente foto sea la solución:  
 
Esta forma de paseo evita que el perro pise las aceras

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

María Vega de Dios,
Licenciada en Historia y antropóloga